El puente de Isabel II, conocido popularmente como puente de Triana, es un puente situado en Sevilla (Andalucía, España), que une el centro de la ciudad con el barrio de Triana cruzando el río Guadalquivir y que vino a sustituir en el siglo XIX a un viejo puente de barcas que existía en su lugar, constituyendo el puente de hierro más antiguo conservado en España. Su construcción finalizó en 1852, bajo el reinado de Isabel II, motivo por el que ostenta dicho nombre.
La construcción de un puente sobre el río Guadalquivir no ha sido una empresa fácil a lo largo de la historia, y como prueba de esta dificultad, se encuentra el hecho de que hasta el siglo XIX nadie ha completado la construcción de un puente a lo largo de la ribera del río comprendida entre Córdoba y Sanlúcar de Barrameda. A la altura de la ciudad de Sevilla, los romanos desecharon la idea de unir las dos orillas mediante la construcción de un puente estable, posiblemente por problemas de cimentación de las tierras próximas al río, que eran demasiado blandas y arenosas.